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Gerentes en Línea: Red de profesionales dedicados a informar sobre los avances en Gerencia.

viernes, 5 de marzo de 2010

Gerentes en Línea Ujap


El papel de un gerente de línea en una empresa es el de dirigir el trabajo de los subordinados y luchar porque los objetivos de la compañía se cumplan a cabalidad. Es la persona a la cual dentro de nuestro sitio de trabajo lo llamamos jefe y acudimos a él cuando necesitamos asesoría o cuando nos pide que hagamos determinada labor. O, aquella persona que nos reprende cuando algo no se hizo bien.

Los Gerentes en Línea cursantes de la primera Maestría en Gerencia de la Comunicación Organizacional, están capacitados para cumplir con las metas antes ampliadas, vencer el miedo y hacer que las organizaciones confíen en el potencial de sus trabajadores.



LAS 5 ENFERMEDADES MORTALES DEL GERENTE INNECESARIO.

1. Improvisación: Ausencia de visión y planes consistentes, mentalidad reactiva, movida por las circunstancia del corto plazo.

2. Dispersión: Esfuerzos fragmentados y difusos. Falta de coordinación. Cada quien trabaja por sus propios objetivos.

3. Manipulación: Control basado en la posición; juegos psicológicos, maniobras y engaño, su efecto es en el corto plazo.

4. Postergación: Dejar las cosas para mañana, complicación de las soluciones, ausencia de iniciativa, conocimiento y logro de resultados.

5. Desperdicio: La gestión produce pérdidas, retrabajo y demoras, desempleo oculto, engaños, entropía e incompetencia frente al mercado.

Estas son las enfermedades que bloquean los resultados de la gerencia tradicional.

viernes, 26 de febrero de 2010

Las pequeñas empresas venezolanas frente a su proceso de gestión tecnológica



Las pequeñas empresas venezolanas frente El espacio tecnológico, se revela como un dinámico proceso de marcha irreversible, porque en la medida que va evolucionando la tecnología, pueden cambiarse factores críticos para el éxito propio de cualquier empresa, sin importar su magnitud y su actividad económica principal, el impacto tecnológico puede hasta llegar a alterar la naturaleza de la competencia y las ventajas competitivas ya establecidas.

Bajo estas condiciones de desarrollo, de globalidad y de intensivo conocimiento y tecnologías, se encuentran las organizaciones empresariales venezolanas, que en su mayoría, están conformadas por pequeñas y medianas empresas de índole familiar o negocios emergidos de las oportunidades circunstanciales, generalmente, con escaso capital de inversión y poca información y conocimientos de los alcances del negocio. Además, en estas estructuras organizacionales no muy bien formalizadas, los procesos relacionados con la innovación tecnológica descansan en una sola persona, en el propietario o en el gerente general. Pero en la medida que estos negocios se van desarrollando, amplían sus esfuerzos gerenciales para lograr cumplir con las exigencias de los nuevos procesos estratégicos de gestión, inclusive, los esfuerzos en tecnología, que buscan el acrecentamiento y mantenimiento de su productividad.

Complementando el anterior planteamiento, los gerentes propietarios de dichos pequeños negocios para lograr la expansión en el mercado, deberían entender que una empresa es un sistema complejo constituido por tres elementos íntimamente interrelacionados como son: Tecnología, Producto y Mercado. En donde la tecnología es el medio que permite transformar las materias primas en el producto que es de la empresa, y a su vez, el mercado es el medio que permite transformar el producto en propiedad de la empresa en un producto que pasa a propiedad del consumidor (Calimán, 1993; Paredes, 1996; Brasil. BID SECAB CINDA,1997).

No obstante, la mayoría de las organizaciones pequeñas o de carácter familiar se inclinan con gran facilidad a las improvisaciones en los procesos de planeación estratégica, debido a que la gerencia de dirección y de supervisión son dadas empíricamente con planes de acción que se violan con ligereza y facilidad, pues, muchas veces no existen o son elaborados al antojo. Es en estos casos, cuando se hace imperante la toma de decisión en cuanto a la gestión de tecnología, ya que esta vendría a ser el conjunto de funciones técnicas que contribuirían a mejorar los costos de operación, la calidad de los productos y el servicio de los clientes (Paredes, 1996; Brasil. BID SECAB CINDA, 1997).

Dentro de este contexto, es importante mencionar que la gestión tecnológica en las pequeñas empresas venezolanas no sólo debería tomar en cuenta la utilización de la capacidad tecnológica existente, sino que debe otorgar la atención al desarrollo de aquellas capacidades focales en las cuales se consideren se tengan fallas, y por ende, se estimen necesarias atenderlas de la forma más adecuada y con los requerimientos tecnológicos correspondientes. Se puede afirmar, entonces, que la gestión tecnológica constituye una función sustentadora del proceso de aprendizaje para cualquier empresa, sea esta pequeña, mediana o grande; siempre y cuando utilice la información proveniente del entorno para ponderar sus capacidades y alcanzar sus metas.

De igual manera, Gerstein (1998), plantea que la gestión tecnológica pasa generalmente por tres fases: En primer término, la tecnología se emplea en aplicaciones en las que no compite con productos existentes, normalmente, se utiliza para que proporcione ventajas sin crear controversias. En segundo término, la tecnología se maneja en la sustitución de métodos de trabajo para fomentar valor para el cliente; comúnmente esta fase tecnológica ocasiona grandes cambios sociales, y en último término, la fase de la tecnología como un modo en verdad innovador, que proporciona bienes y servicios novedosos para resolver problemas que antes no tenían solución para satisfacer las necesidades inatendidas.

Por lo general, la problemática del estancamiento de las pequeñas empresas ocurre cuando no logran asimilar tecnologías adquiridas mediante la compra de equipos o por la asistencia técnica recibida. El grado de asimilación de una tecnología específica en una empresa depende sencillamente del grado de conocimiento y entendimiento que sus empleados tengan acerca de ella. En buena parte, el estancamiento en las pequeñas empresas es dado precisamente por el grado de educación y desarrollo del personal que tenga la empresa, de la actitud de la gerencia hacia la aceptación de nuevas ideas de los esquemas de comunicación que se usan en la organización globalizada y, de la importancia que se da a la capacitación y al entrenamiento.

De acuerdo con todo lo expuesto, las pequeñas empresas deberían prepararse para comenzar un nuevo horizonte globalizado y despertar interés en cuanto a la importancia de saber que es lo que saben y de hacer el mejor uso de ese conocimiento, ya que el conocimiento tecnológico está siendo reconocido como él más importante activo de la empresa por ser el único recurso económico significativo (Zorrilla, 1997; Palacios, 1999).

El espacio tecnológico, se revela como un dinámico proceso de marcha irreversible, porque en la medida que va evolucionando la tecnología, pueden cambiarse factores críticos para el éxito propio de cualquier empresa, sin importar su magnitud y su actividad económica principal, el impacto tecnológico puede hasta llegar a alterar la naturaleza de la competencia y las ventajas competitivas ya establecidas.

Bajo estas condiciones de desarrollo, de globalidad y de intensivo conocimiento y tecnologías, se encuentran las organizaciones empresariales venezolanas, que en su mayoría, están conformadas por pequeñas y medianas empresas de índole familiar o negocios emergidos de las oportunidades circunstanciales, generalmente, con escaso capital de inversión y poca información y conocimientos de los alcances del negocio. Además, en estas estructuras organizacionales no muy bien formalizadas, los procesos relacionados con la innovación tecnológica descansan en una sola persona, en el propietario o en el gerente general. Pero en la medida que estos negocios se van desarrollando, amplían sus esfuerzos gerenciales para lograr cumplir con las exigencias de los nuevos procesos estratégicos de gestión, inclusive, los esfuerzos en tecnología, que buscan el acrecentamiento y mantenimiento de su productividad.

Complementando el anterior planteamiento, los gerentes propietarios de dichos pequeños negocios para lograr la expansión en el mercado, deberían entender que una empresa es un sistema complejo constituido por tres elementos íntimamente interrelacionados como son: Tecnología, Producto y Mercado. En donde la tecnología es el medio que permite transformar las materias primas en el producto que es de la empresa, y a su vez, el mercado es el medio que permite transformar el producto en propiedad de la empresa en un producto que pasa a propiedad del consumidor (Calimán, 1993; Paredes, 1996; Brasil. BID SECAB CINDA,1997).

No obstante, la mayoría de las organizaciones pequeñas o de carácter familiar se inclinan con gran facilidad a las improvisaciones en los procesos de planeación estratégica, debido a que la gerencia de dirección y de supervisión son dadas empíricamente con planes de acción que se violan con ligereza y facilidad, pues, muchas veces no existen o son elaborados al antojo. Es en estos casos, cuando se hace imperante la toma de decisión en cuanto a la gestión de tecnología, ya que esta vendría a ser el conjunto de funciones técnicas que contribuirían a mejorar los costos de operación, la calidad de los productos y el servicio de los clientes (Paredes, 1996; Brasil. BID SECAB CINDA, 1997).

Dentro de este contexto, es importante mencionar que la gestión tecnológica en las pequeñas empresas venezolanas no sólo debería tomar en cuenta la utilización de la capacidad tecnológica existente, sino que debe otorgar la atención al desarrollo de aquellas capacidades focales en las cuales se consideren se tengan fallas, y por ende, se estimen necesarias atenderlas de la forma más adecuada y con los requerimientos tecnológicos correspondientes. Se puede afirmar, entonces, que la gestión tecnológica constituye una función sustentadora del proceso de aprendizaje para cualquier empresa, sea esta pequeña, mediana o grande; siempre y cuando utilice la información proveniente del entorno para ponderar sus capacidades y alcanzar sus metas.

De igual manera, Gerstein (1998), plantea que la gestión tecnológica pasa generalmente por tres fases: En primer término, la tecnología se emplea en aplicaciones en las que no compite con productos existentes, normalmente, se utiliza para que proporcione ventajas sin crear controversias. En segundo término, la tecnología se maneja en la sustitución de métodos de trabajo para fomentar valor para el cliente; comúnmente esta fase tecnológica ocasiona grandes cambios sociales, y en último término, la fase de la tecnología como un modo en verdad innovador, que proporciona bienes y servicios novedosos para resolver problemas que antes no tenían solución para satisfacer las necesidades inatendidas.

Por lo general, la problemática del estancamiento de las pequeñas empresas ocurre cuando no logran asimilar tecnologías adquiridas mediante la compra de equipos o por la asistencia técnica recibida. El grado de asimilación de una tecnología específica en una empresa depende sencillamente del grado de conocimiento y entendimiento que sus empleados tengan acerca de ella. En buena parte, el estancamiento en las pequeñas empresas es dado precisamente por el grado de educación y desarrollo del personal que tenga la empresa, de la actitud de la gerencia hacia la aceptación de nuevas ideas de los esquemas de comunicación que se usan en la organización globalizada y, de la importancia que se da a la capacitación y al entrenamiento.

De acuerdo con todo lo expuesto, las pequeñas empresas deberían prepararse para comenzar un nuevo horizonte globalizado y despertar interés en cuanto a la importancia de saber que es lo que saben y de hacer el mejor uso de ese conocimiento, ya que el conocimiento tecnológico está siendo reconocido como él más importante activo de la empresa por ser el único recurso económico significativo (Zorrilla, 1997; Palacios, 1999).